
Afuera, el mundo ruge o se adormece, arden las guerras, los hombres viven y mueren, perecen unas naciones y surgen otras antes de caer a su vez, arrasadas, y, en todo ese ruido y toda esa furia, en esas erupciones y esas resacas, mientras el mundo va, se incendia, se desgarra y renace, se agita la vida humana.
Muriel Barbery
( algunos días en París son suficientes )