Y no puedes imaginarte lo vulnerable que eres, y solo eres el recuerdo de esta foto... nunca imaginastes que serías tú.

domingo, 14 de noviembre de 2010


... estoy a mil revoluciones por hora,
como sigas acercandote..., te lo advierto, dejaré que me
consumas, como se consume un cigarrillo que acercas a tu boca,
y sentiremos tanto placer que querremos no haber existido,
y solo nos quedará lo que ya no seremos,
nosotros mismos.

viernes, 12 de noviembre de 2010











No me acuerdo de olvidarte.








"Memento"

lunes, 8 de noviembre de 2010


Me desperté cuando el sol se ponía rojo; y aquél fue un momento inequívoco de mi vida, el más extraño momento de todos, en el que no sabía ni quien era yo mismo: estaba lejos de casa, obsesionado, cansado por el viaje, en la habitación de un hotel barato que nunca había visto antes, oyendo los siseos del vapor afuera, y el crujir de la vieja madera del hotel, y pisadas en el piso de arriba, y todos los ruidos tristes posibles, y miraba hacia el techo lleno de grietas y auténticamente no supe quién era yo durante unos quince extraños segundos. No estaba asustado; simplemente era otra persona, un extraño, y mi vida entera era una vida fantasmal, la vida de un fantasma. Estaba a medio camino atravesando América, en la línea divisioria entre el Este de mi juventud y el Oeste de mi futuro, y quizá por eso sucedía aquello allí y entonces, aquel extraño atardecer rojo.
Jack Kerouac.

jueves, 4 de noviembre de 2010

Junta las manos y espera,
no tardarán en llegar las despedidas,
los adioses que desconoces y temes,
se irán como vinieron las alegrías y desdichas,
por la puerta del balcón,
por cualquier ventana,
en medio del más placentero de los besos, transformando un orgasmo brutal en el más grande sinsentido
de tu vida,
¿y entonces, que harás?,
dime, romántico de corazones perdidos,
dime, bufón, marioneta de mil almas, tú, que te autodenominas poeta,
¿qué harás con tus versos sin su olor, sin su piel?,
¿acaso mitigarán el dolor de los que no quieren escucharlos?,
ojalá revienten en tu boca,
ojalá te ahoguen la soledad y el abandono salidos
de tu propia tinta, de tu propio papel,
porque como tú bien sabes,
los poetas no podéis dar nada, solamente palabras,
para que podamos saborear vuestras insulsas experiencias,
la falacia, la mentira de vuestras vidas,
sin la calidez del amor sois menos que nada,
igual que los demás mortales,
así pues fallece en tu palabra,
llora en soledad, conoce al fin el dolor,
poeta.

Kutxi Romero

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