Y no puedes imaginarte lo vulnerable que eres, y solo eres el recuerdo de esta foto... nunca imaginastes que serías tú.

jueves, 7 de enero de 2010

Una sola vida para gastar. Una sola vida para embarrarnos el cuerpo, estornudar envidias y mirarnos a los ojos. Una sola vida para hinchar la panza de frases empalagosas y miradas ácidas. Una sola vida para comernos a los otros, para abrazarlos hasta romperles las costillas y hacerlos sangrar de ternura. Una sola vida para los amores prohibidos, de ojos de gato y uñas afiladísimas que se nos clavan en los ojos. Amores de noche, de trampa, de colores fuertes. Una sola vida para mentir y esconder, para romper espejos y paredes. Una sola vida para pronunciar mundos imposibles y escribir castillos de cartón que se derrumban con el ruido de la risa de los que no creen en nada. Millones.

Una sola vida para temblar de ganas y tener miedo del otro.

Josefina Infante

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