Y no puedes imaginarte lo vulnerable que eres, y solo eres el recuerdo de esta foto... nunca imaginastes que serías tú.

martes, 16 de marzo de 2010


Pero siguió viviendo , leyó sus libros, estudió sus asignaturas, tomó tranvías, pidió el café muy cargado o poco cargando, sonriendo incluso-¿sonriendo?- a la muchacha de azul de la cafetería, y un día descubrió que estaba sordo de más adentro de los oídos, sordo para sí mismo. No se oía vivir.Eso era todo.

Francisco Umbral.

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