Y no puedes imaginarte lo vulnerable que eres, y solo eres el recuerdo de esta foto... nunca imaginastes que serías tú.

viernes, 1 de octubre de 2010


Jaques Forestier tenía la lágrima fácil. El cinematógrafo, la música de mala calidad, un folletín, le conmocionaban.
Pero no confundía esas falsas señales del corazón con las lágrimas profundas. Las suyas parecen derramarse sin motivo alguno.
Escondía un sollozo baladí en la penumbra de un palco o en la soledad de la lectura.
Por ello, y dado que las lágrimas auténticas suelen ser escasas, se le consideraba un hombre insensible y perspicaz.
(Jean Cocteau.)

No hay comentarios:

Archivo del blog

Datos personales